Dos padres mejor que uno

bb2padres-g31072012192848Recientemente se ha abierto uno de los melones más controvertidos de la neurociencia social. Una controversia que no es ajena a la normalización de gays y lesbianas y que aun tenemos presente en las manifestaciones de la sociedad francesa, muy dividida en este tema ,tanto que incluso parecían españoles y no franceses pues los franceses al menos tienen un himno nacional con letra.

Lo cierto es que el matrimonio homosexual despierta toda clase de demonios allá y aqui, alzándose voces que claman contra la unión “contranatura” de individuos del mismo sexo. Y que tiene ciertamente muchisimos oponentes, que suelen refugiarse en esta idea: “Ahora quieren casarse y luego querrán adoptar” o los que optan por la disputa semántica y proclaman “que no le llamen matrimonio si quieren estar juntos basta con una unión de hecho con todas las tutelas juridicas”. O la más bíblica: “matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer”.

Es precisamente en este contexto de escisión social cuando aparecen estudios bien hechos, llevados a cabo -probablemente por razones de oportunidad política- y que tratan de averiguar si la crianza de niños por parte de parejas homosexuales tiene o no tiene efectos a largo plazo sobre la personalidad del niño y la patologia mental o social.

A los que estén interesados en el tema les remito a este post donde el autor aporta buenos trabajos llevados a cabo para demostrar que: los niños criados por padres homosexuales, sean gays o lesbianas no tienen más problemas que aquellos que son criados por familias tradicionales (padres heterosexuales).

Más concretamente – y la realidad es tozuda- los autores (Lamb 2012) destacan que los recursos socioeconómicos y la fortaleza de las relaciones entre los miembros de la familia son variables más importantes que el género de los padres o su orientación sexual en el impacto en el desarrollo de los niños y su bienestar.

Pero lo cierto es que las causas del malestar en la crianza proceden de dos hechos bien conocidos y otro aun mal conocido. Los dos primeros son la pobreza, y la desestructuración familiar. El tercero aun mal conocido es la familia monoparental que algunos consideran una forma de desestructración. Aqui en esta monografia podeis leer la definición que da el autor a este concepto.

Personalmente me gusta decir que las familias destructuradas son aquellas en las que existe una alta conflictividad pero que desde un punto de vista sistemico podemos afirmar que una familia está desestructurada cuando el poder se encuentra repartido de una forma disfuncional. En este post ya abordé en que consiste una familia funcional, de modo que no voy a insistir en estas ideas sino para referirme a la forma más frecuente de desestructuración: los hogares monoparentales a cargo de una madre.

Lo que nos lleva a plantearnos ¿qué es un padre? Nótese que no planteo la pregunta de qué es una madre porque una madre es un axioma, algo literal que no precisa ser explicado. Sin embargo la función paterna es simbólica, tal y como ya conté aqui.

La función paterna es pues metafórica, lo cual no significa que los hombres no puedan cuidar, alimentar o enseñar a sus hijos, pero eso no es función paterna sino función materna asistida. Seria comotener dos madres, sin duda dos mejor que una.

En USA 1 de cada 3 niños viven sin padre y uno de cada 5 sin madre, bien por fallecimiento, por ausencia, defección o desconocimiento de la paternidad. ¿Qué influencia tiene esta ausencia paterna en el futuro de esos niños deprivados?

Todo parece indicar que “el padre ausente” es una epidemia que solo ahora comienza a preocupar a los cientificos sociales, asi hay quien piensa que siempre será mejor tener dos padres (aun del mismo sexo) que solo uno, deprivado de recursos y sin apoyo.

El padre ausente tiene dos efectos sobre la crianza de los hijos, el primero es que sustrae recursos que ofrecer a sus hijos en su condición de “padre no disponible o segunda madre asistente de la titular” pero el más importante y el más simbólico es el que amputa el concepto de autoridad. ¿Significa eso que la madre no puede ejercer su autoridad en ausencia de una pareja?

Puede, pero no es lo más frecuente. En nuestro orden cultural la madre tambien necesita un padre interno y esa función la lleva a cabo su pareja. Una mujer sin un padre-pareja interna tenderá a ser benevolente, compasiva, fascinada por sus hijos (en el mejor de los casos), lo que significa alienada en esa diada viscosa que forman madre e hijo sin la necesaria presencia masculina.

De manera que la función paterna propiamente dicha no es asistencial sino presencial y simbólica.

Y por lo que llevo visto en la vida esa función simbólica la puede llevar tanto un hombre como una mujer (con la condición de que exista una pareja). Al fin y al cabo hasta en las parejas homosexuales habrá individuos que se sientan mejor en uno de los roles (materno o paterno).

Una viñeta etológica y una conclusión provisional
Konrad Lorenz describió en su libro “Sobre la agresión: el pretendido mal” la circunstancia de que un emparejamiento entre dos gansos machos tenia un valor suplementario en la defensa de un territorio de caza. Y que dado que los gansos no son homosexuales absolutos, esta alianza no intefería en su fitness particular. Aun más: describió tríos de dos gansos machos y una hembra gansa, al parecer los gansos no son celosos y se encuentran motivados a compartir hembras y las hembras son propicias a dejarse “mantener” por dos machos aun que tengan la etiqueta de “homosexuales” a fin de obtener más recursos para su prole.

Dicho de otra manera siempre será mejor tener dos madres (o dos padres) que uno/a.

Pero todo parece indicar que el socavamiento de la masculinidad por parte de los discursos feministas y también debido a factores como la independización económica de la mujer juegan en contra tanto del rearme simbólico de la autoridad como de la “desparición” de los hombres de sus hogares.

Fuente: Neurociencia-neurocultura

En vez de los y las, les


Por: Carlos Andrés Naranjo-Sierra
Para las feministas, utilizar «los” y “las» en el mismo enunciado es un asunto «políticamente correcto», para los estudiosos de la gramática funciona mejor solo «los», por un asunto de economía del lenguaje ¿Será posible plantear una alternativa que medie entre estas dos posiciones? Tal vez sí y mi propuesta es «les».

Desconozco si ya algún lingüista realizó esta sugerencia y fue descartada por alguna razón obvia que no alcanzo a entrever como psicólogo con mis cursos de lenguaje y semiótica. Si es así, ofrezco disculpas por la pérdida de tiempo. Si no, agradezco que me ayuden a experimentar los recobecos del lenguaje para ver que tal funcionaría el reemplazo de las vocales ‘o’ y ‘a’ por la ‘e’.

La idea central consiste en utilizar una vocal neutra, en este caso la ‘e’ (dejando de lado la ‘i’ y la ‘u’ por asuntos funcionales y estéticos), de modo que no se reconozca el género de quien se nombra a la vez que el artículo, pronombre, sustantivo o adjetivo sigue manteniendo la economía del lenguaje. De este modo se puede hablar de hombres y mujeres con una sola palabra.

Veamos un ejemplo: en la oración «Los niños juegan en el recreo» podemos inferir que se trata de niños solamente o de niños y niñas, de modo que en el segundo caso el feminismo propone nombrar a las niñas como una forma de reivindicar su importancia haciendo que la frase se transforme en «Los niños y las niñas juegan en el recreo».

Pero si utilizamos la ‘e’ para construir la oración, está daría como resultado «Les niñes juegan en el recreo», haciendo que sea claro que la frase se refiere tanto a niños como a niñas, de una manera breve sintácticamente y eliminando la norma gramatical que establece lo masculino como el principio rector para nombrar tanto a unes como otres.

Esto no cambiará la cultura machista en la que vivimos. Lenguajes como el persa moderno no hacen diferenciaciones de género, ni masculino ni femenino, y sin embargo sus mujeres siguen siendo oprimidas. Así que esta propuesta es sólo una idea que puede servir pero en una muy pequeña medida. La verdadera lucha del feminismo debe darse en otros territorios.

Pero lo verdaderamente complejo consistiría en popularizar su uso, de modo que sintáctica, semántica y pragmáticamente sepamos a que nos referimos cuando usamos esta alternativa. No es gratuito que el esperanto, nacido con la idea de unir y simplificar las lenguas, siga en la oscuridad a pesar del loable esfuerzo de su creador Lázaro Zamenhof.